Los botes que van a contener nuestras conservas deben ser elegidos a conciencia porque van a determinar el correcto almacenamiento de nuestras elaboraciones durante meses.
Así que la elección será para aquellos que cumplan con los requisitos básicos: integridad, hermetismo y seguridad.
- En primer lugar los botes deben ser de un cristal lo suficientemente grueso para soportar las temperaturas a la que los vamos a someter.
- Las dimensiones del tarro deben estar adaptadas al tipo de alimento que vamos a almacenar.
- Es importante que las tapas sean nuevas puesto que reutilizarlas puede representar un riesgo ya que al haberlas manipulado pueden haber quedado dañadas y no garantizaran que nuestros botes cierren herméticamente. Deben estar libres de óxido y suciedad.
Existen varios tipos de tarros:
Botes de cristal con tapa de rosca. Se pueden encontrar fácilmente e incluso reciclar los que compramos con alimentos dentro.
- Botes de cristal con tapa de cristal, con junta de goma y cierre de clip. Son botes con una apariencia más bonita pero más caros de comprar y que no dejan ver si se ha hecho el vacío correctamente puesto que la tapa no se hunde hacia abajo por ser de vidrio. El cierre de clip es metálico y se va deteriorando con el uso.
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